Translate Google

lunes, 24 de agosto de 2015

Canto y Baile

Un cuento poco conocido de Manuel Rojas, Canto y Baile vamos a presentarles hoy día.

"CANTO Y BAILE"
Los muebles de aquel salón de baile eran tapizados con brocato color rojo; rojo era también el papel que cubría las paredes y roja la alfombra que, después de orillar de encarnado las patas de las sillas y sillones, terminaba súbitamente ante el piano. En las ropas de las mujeres de aquel salón de baile predominaba igualmente el color rojo. Los espejos, cuatro grandes, colocados uno encima del piano, otro al fondo, en la pared contraria a la que ocupaba el primero, y dos frente a frente en las paredes restantes, recogían y multiplicaban aquel tono como una sinfonía en rojo, tal vez si conscientemente organizada por la dueña de casa, que no ignoraría, ya que eso formaba parte de su conocimiento del negocio, que el color rojo influye en los nervios, excitando a los apacible y enloqueciendo a los irritables.
El piano, negro, alto, profundo, destacándose entre el rojo, semejaba un catafalco contrariado, constreñido, a pesar de su seriedad, a presenciar aquella orgía ultrarroja. A su lado había una mesilla vacilante con cubierta de lata, donde las mujeres acostumbraban a tamborilear con la palma de las manos para evitar el baile. Parecía una desordenada y pequeña murga al lado del piano.
El salón tenía forma rectangular; dos puertas se le abrían en un mismo muro. Los muebles de aquel salón de baile eran viejos; pero firmes, como hechos para soportar la caída de cuerpos vacilantes y cansados; únicamente su brocato rojo claudicaba ya, deshilachado y un poco desvaído, y los muelles, molestos por la presión de tantos años, se erguían amenazadores e hirsutos bajo la tela lustrosa. La alfombra, gastada por los millares de pies que habían bailado y zapateado sobre ella, mostraba algunos flecos rojizos.
Cuatro mesitas de color negro, que hacían, con su color, menos sensible la soledad obscura del piano, extendían sus cubiertas opacas en los espacios que quedaban libres entre los muebles.
De día el salón permanecía desierto y los grandes espejos, vacíos de imágenes móviles, se miraban entre sí, con ojos claros veteados de rojo, como personas que no tuvieran nada que hacer. El salón y sus muebles, el piano y las mesitas se multiplicaban en ellos a sus anchas.
Pero de noche... De noche las lunas claras se llenaban de imágenes, negras o blancas, que se movían dentro de ellas y a través de ellas como grandes peces en un estanque con algas rojas y negras, y a veces eran tantas las imágenes, que los cuatro espejos no bastaban para reflejarlas y retenerlas a todas.
Se llegaba al salón después de atravesar un estrecho y obscuro patio, en cuyo centro varios bambúes estiraban sus delgadas cañas verdes. A ambos lados del patio se abrían las puertas de los cuartos de las mujeres, cuartos que no estaban amoblados sino por una cama, un velador, una silla y un bacín de fierro enlozado.


Para continuar leyendo, haz click aquí.

domingo, 23 de agosto de 2015

Crítica, El vaso de leche

La literatura viene del latín litterae, la cual hace referencia  a adquirir saberes para escribir y leer correctamente. De este modo, el concepto tiene una relación con el arte de la gramática, la retórica y la poética. Por otra parte, se puede definir como cualquier tipo de trabajo escrito, es decir, que la escritura posea mérito literario. Al mismo tiempo, esta es la que elige al conjunto de una nación, época o género, como por ejemplo, “literatura griega”, “literatura del siglo XX”, “literatura chilena “, etc. Esta última es un conjunto de producciones literarias creada por escritores chilenos; los cuales han sido escritos generalmente en español, aunque también existen autores autóctonos, que utilizan el mapudungun, su lengua nativa. Algunos de los escritores chilenos más conocidos son, Isabel Allende, Francisco Coloane, Maria Luisa Bombal, José Donoso, Manuel Rojas, entre otros. 

Manuel Rojas, nació el 8 de enero de 1896 en  Bueno Aires, Argentina y murió el 11 de marzo de 1973 en Santiago, Chile. Fue un escritor chileno, autor de muchos libros, que abarcan poemas, ensayos, cuentos, etc. En 1957 ganó el Premio Nobel de Literatura. Vivió en una época con guerras, revoluciones y sobretodo crisis, como es en el caso de la crisis chilena, la cual lo afecto y por eso decide abordar este tema en varias de sus obras. Estas se caracterizan por la forma en que las escribe, que es a partir de vivencias personales, generalmente aborda la marginalidad social, la soledad, etc.  Algunas de estas obras son "Hijo de ladrón" (1951), "Punta de rieles" (1960),"El vaso de leche y sus mejores cuentos" (1959), entre otros. 

"El vaso de leche y sus mejores cuentos", es una colección de cuentos, la cual se produjo durante el gobierno de Arturo Alessandri Palma, donde se logro superar la crisis económica que se estaba viviendo en Chile en esos momentos. Sin embargo, el logra plasmar todo lo ocurrido en la crisis a través del  cuento "El vaso de leche". Este trata sobre un joven marinero que es abandonado en un puerto luego de haber sido descubierto y no acostumbrado a trabajar en tierra firme, paso 3 días sin comer nada. Sin atreverse a mendigar y sin encontrar trabajo a tiempo. Entra desesperado y decidido a una lecheria media solitaria, para poder comer algo. Se puso a merced de la compasión de la señora encargada que le dio un vaso de leche con vainillas para que pudiera saciar el hambre. 


Dentro de los aspectos que tiene una obra, se encuentra la forma y el fondo. La primera es la expresión del contenido, es decir lo superficial, a diferencia del fondo, que es el contenido que tiene un texto, tanto sean sensaciones, emociones, conflictos humanos, visiones de mundo, etc. Luego de estas diferencias se puede ver que la forma de "el vaso de leche" es bastante característica de Rojas, ya que es sencillo, interesante, claro, es decir fácil de comprender y que atrae al público.  Tiene un narrador omnisciente, lo cual hace que el cuento tenga mucha descripción en todo sentido, tanto en el ambiente como en lo que piensan los personajes.  En cuanto al fondo, me gustó mucho ya que la obra se puede contextualizar entre los años 1850-1950, debido a todo lo sucedido en esa época y de esta manera, Rojas, logra hacer que un cuento tan simple tenga tal contenido en el fondo de el. 

Por otro lado, posee un mundo oscuro, triste, con rabia, pero se ve que todo es muy cotidiano en esos momentos, ya que como dije anteriormente, este tipo de situaciones son muy acordes al tiempo en que se contextualiza. 

Este cuento me hizo reflexionar mucho sobre las actitudes de las personas, y darme cuenta de como vivía la gente en otros tiempos. Por lo mismo, los temas que aborda la obra me gustaron bastante, ya que me hacen pensar en sentimientos que tiene una persona de acuerdo a una situación en específico y como eso puede afectar en nuestros actos. Por otro lado, nunca hay que darse por vencido, siempre hay que luchar por lo que se quiere, ya que nadie te puede quitar ese deseo por tener algo. 

En conclusión, es un gran cuento y se los recomiendo a todos, porque toca temas importantes y que se deben ver desde distintas perspectivas, los cuales nos hacen valorar lo que tenemos y la vida más que nada. Ya que, en la actualidad tenemos una vida muy simple, con muchas cosas que antes no exsitían y tampoco hay guerras que permitan que haya tanta pobreza hasta ese extremo.  

Critica a Manuel Rojas

En este link se puede ver una crítica de Mate amargo hacia el escritor chileno Manuel Rojas.

sábado, 22 de agosto de 2015

Manuel Rojas en la Historia






Contexto de su Vida

El siglo XX es conocido por todos los cambios que ocurrieron en el mundo, conocido por ser una época en el que el avance de la sociedad se desarrolló de manera exponencial, como nunca antes había pasado. Fue un tema común entre los escritores del siglo XX escribir sobre los sentimientos de las personas y las situaciones que acontecían al mundo en ese entonces. Entre ellos Kafka, Hemingway, Sartre y también lo fue Manuel Rojas.

Manuel Rojas nació en 1896 y falleció a principios del año 1973,  antes de la Dictadura Militar en Chile. 
Se podría decir que Rojas vivió en la época de un mundo caótico, empezando su vida con la Primera Guerra Mundial en 1914, año en el que Rojas tenía dieciocho años. A esa edad ya era perfectamente consciente de lo que ocurría en el mundo y de cómo la Guerra y la seguida depresión económica afectaron a Chile y a su población.


Al igual que otros escritores, estos y otros hechos fueron influenciando su escritura, denotando una temática mayoritariamente pesimista concorde a los problemas que afectaron a todo el mundo. Podemos notar como tanto en sus poemas como en sus novelas se ve este mundo de estrato socioeconómico bajo, la realidad de la mayoría de los ciudadanos en ese entonces, usando ladrones, mendigos, marineros, pescadores, extranjeros, gente humilde, todos ellos abandonados por la sociedad.

Manuel Rojas fue un pensador político, años después, dentro de lo que fue la Segunda Guerra Mundial y seguido por la tensión política que vivió Chile, Manuel Rojas muestra su visión del mundo a través de sus escrituras, demostrando como era la vida de las personas. Mostraba un fuerte pensamiento político, probablemente debido a su cercanía con el ex presidente Salvador Allende. Desde sus inicios, Manuel Rojas participó en diarios anarquista, publicando crónicas sobre la política, economía o sociedad del actual Chile.

Manuel Rojas fue un ícono dentro del lenguaje, innovando y aportando a la literatura nacional con su monólogo interior, la incursión sicológica y existencial de sus personajes y sus espacios situados en la marginalidad de la sociedad

Resumen El Delincuente

El delincuente, el vaso de leche y otros cuentos, una antología de nueve cuentos escritos por Manuel Rojas, publicado por la editorial Zig-Zag en el año 1929. Su cuento El Delincuente es el que da inicio a esta antología, trata de un par de hombres que sufren un cambio de conciencia al encontrarse con un ladrón y un borracho, una historia que deja un mensaje sobre las apariencias. Les traigo el inicio del mismo: 

El Delincuente
YO VIVO en un conventillo. Es un conventillo que no tiene de extraordinario más que un gran árbol que hay en el fondo de su patio, un árbol corpulento. de tupido y apretado ramaje, en el que se albergan todos los chincoles, diucas y gorriones del barrio; este árbol es para los pájaros una especie de conventillo; es un conventillo dentro de otro. Ignoro si la vida que se desarrolla en ese conventillo de ramas y hojas tiene algún parecido con la que se vive en el mío. Bien pudiera ser. He leído a veces que algunos sabios han encontrado analogías entre la vida de ciertas aves y animales y la de los seres humanos. Si los sabios lo dicen, debe ser verdad. Yo. como soy peluquero, no entiendo de esas cosas. 

Bien; a este conventillo, es decir, al mío, se entra por una puerta estrecha y baja, que tiene, como el conventillo, sólo una cosa extraordinaria: es muy chica para un conventillo tan grande. Se abre a un pasadizo largo y obscuro, pasado el cual aparece el gran patio de tierra en cuyo fondo está el árbol de que le he hablado. Al pie del tronco de este árbol, en la noche, las piadosas viejecitas del conventillo encienden velas en recuerdo de un inquilino que asesinaron ahí un día dieciocho de septiembre. Con palos y latas han hecho una especie de nicho y dentro de él colocan las velas. De ahí se surten de luz los habitantes más pobres del conventillo.

Enfrente de este patio, y a la derecha del pasadizo. 

Hay otro patio, empedrado con pequeñas piedras redondas de huevo, como se las llama. En el centro hay una llave de agua y una pileta que sirve de lavadero. Alrededor de este último patio están las piezas de los inquilinos, unas cuarenta metidas en un corredor formado por una veredita de mosaicos rotos y el entablado del corredor del segundo piso donde están las otras cuarenta piezas del conventillo. A este segundo piso se sube por una escalera de madera con pasamanos de alambre, en los cuales especialmente los días sábados los borrachos quedan colgando como piezas de ropa puestas a secar.

Como usted ve mi conventillo es una pequeña ciudad, una ciudad de gente pobre entre la cual hay personas de toda índole, oficio y condición, desde mendigos y ladrones hasta policías y obreros. Hay. además, hombres que no trabajan en nada; no son mendigos ni ladrones, ni guardianes, ni trabajadores. ¿De qué viven? ¡ Quién sabe! Del aire, tal vez.
No salen a la calle, no trabajan no se cambian nunca de casa; en fin, no hacen nada; por no hacer nada ni siquiera se mueren. Vegetan, pegados a la vida agria del conventillo, como el luche y el cochayuyo a las rocas.

lunes, 10 de agosto de 2015

Crítica, El Delincuente

Hace tiempo se descubrió una raza de monos proveniente de latinoamerica capaz de escribir. No sólo eran capaces de escribir, sino que con su visión de la vida pudieron sorprender a los reconocidos escritores europeos. Desde este descubrimiento, la literatura latina ha tomado cierta influencia mundial y reconocimiento por sus logros. Ya sea por García Márquez, Cortázar, Vargas Llosa, Neruda. Pero antes de todos ellos, iniciando ente movimiento, Manuel Rojas.

Manuel Rojas fue un poeta y novelista chileno nacido en la ciudad de Buenos Aires en el año 1896. Ganador del premio Nacional de Literatura en el año 1957. Ha aportado con múltiples cuentos, novelas y ensayos a la literatura nacional. Su cuento El Delincuente es un relato publicado en El delincuente, el vaso de leche y otros cuentos en el año 1929, una antología de nueve cuentos que fueron los más conocidos por él.

El Delincuente nos relata la historia de dos hombres, que un día fuera del conventillo donde viven se encuentran con un borracho y un ladrón. Estos dos hombres deciden hacer lo correcto, en lugar de quedarse durmiendo acostados en su cama calentita, los llevan a la comisaria. En el camino del convento a la comisaría se van conversando y los cuatro hombres crean cierto lazo de amistad. Finalmente el ladrón y el borracho son entregados al inspector, y los hombres que los entregan quedan con un sentimiento de tristeza.

El texto está escrito con el característico tono de Manuel Rojas, coloquial para darle credibilidad al personaje que usa Rojas, y también algo elocuente elocuente, lo que choca con el aspecto coloquial del monólogo interior de sus personajes. Puedo suponer que esta característica de Manuel Rojas debido a su calidad de escritor y dueño de la literatura, lo que se le hace un poco difícil salir de ese estilo de escritura. Sin embargo, hay algo divertido en Rojas que en lo personal me gusta, similar a José Donoso, ambos escriben en “chileno” por decirlo de una manera, usando las jergas comunes de la zona lo cual lo hace más atractivo y cercano. Da una verosimilitud de las palabras y la caracterización de la persona de pueblo y extracto socioeconómico bajo, como lo son comúnmente sus personajes.
He visto muchos textos de Manuel Rojas, y muchos tienen una temática similar: la delincuencia, el alcohol, personas generalmente pobres que viven en las calles, sin embargo todos hablan dando un sentido nuevo a estas personas y rescatando el valor de lo humano. En El Delincuente, presenta de otra manera la enemistad que existe entre las personas honradas y corruptas, donde ambos pueden ser amigos según el contexto. Personalmente me gustan estos tipos de visión tan contemporánea, donde los personajes ya no son solo personajes y estereotipos, sino que son personas con rostro y un lado bueno y un lado malo. Este cuento nos deja pensar sobre lo que está bien y lo que está mal. Al conformar un amistad entre estos hombres se llega a pensar realmente no son tan malos, cuando se supone que lo son.

El Delincuente es uno de los tantos textos que nos dejó Manuel Rojas, un patrimonio de como Rojas veía a Chile en ese tiempo, al igual que todas sus obras. Describe como eran los escenarios y también las personas en ese entonces, divertidas, algunas honradas y otras no tanto, pero dejando así una visión de mundo muy cercana a la realidad. El típico chileno, se refleja en sus textos además de añadirle el toque de Rojas de manera poética.


Yo recomiendo leer a Manuel Rojas, tanto por ser una figura de la literatura chilena reconocida, como por sus conocimientos por la vida, tanto en el ámbito político como social, Rojas nos deja ese tipo de enseñanzas  dando algo bueno que leer y contar.


Para leer el libro completo en PDF haz click aquí

lunes, 3 de agosto de 2015

ARTV La Narracion de Chile Manuel Rojas

Aquí les traemos un documental sobre la vida de Manuel Rojas. Un capítulo completo dedicado a la vida y obra de este gran escritor chileno.






Cortometraje: El Vaso de Leche

El vaso de leche representado como un cortometraje de la Universidad Mayor.
Cuenta la historia de una manera artística acompañado de música y escenas en blanco y negro.






Manuel Rojas en sus últimos días...

R19-Manuel-Rojas-Retrato-1971-900x600
Retrato - Manuel Rojas. Buenos Aires- Argentina, 1972.

Manuel Rojas y sus amigos.

L13-Manuel-Rojas-Retrato-195X-900x600
Aquí se puede ver a Manuel Rojas junto a otros escritores. 
Manuel Rojas, Dr. Hernán San Martín, Pablo Neruda, Fernando Alegría y Gonzalo Rojas. 
Talcahuano - Chile, 1959.

Premio Nacional de Literatura

J10-Manuel-Rojas-Retrato-1957-900x600
Manuel Rojas recibiendo Premio Nacional de Literatura de manos del Ministro de Educación, M. Quintana. Santiago de Chile, 1957.

Manuel Rojas y su familia

F7_manuel_rojas_retrato_1936
Por orden de izquierda a derecha:

María Eugenia Rojas, María Baeza, Paz Rojas, Patricio Rojas y Manuel Rojas.
Santiago de Chile, 1936.


Manuel Rojas y Salvador Allende

En esta imagen se encuentra Manuel Rojas, junto a Salvador Allende y Julianne Clark. 
Santiago de Chile, 1966.

P17-Manuel-Rojas-Retrato-1970-900x600

domingo, 2 de agosto de 2015

El Vaso de Leche

Escrito por Manuel Rojas, de los pocos cuentos que se le conocen, este es el más representativo de él. Está incluida en la antología El Delincuente, el vaso de leche y otros cuentos donde se encuentran sus cuentos más populares.
Este cuento relata la historia de un joven desertor de una barco inglés procedente de Punta Arenas, que quedó a su suerte en un lugar desconocido en el que llevaba mendigando durante seis días en muelles y puertos.

"EL VASO DE LECHE" 



Afirmado en la barandilla de estribor, el marinero parecía esperar a alguien. Tenía en la mano izquierda un envoltorio de papel blanco, manchado de grasa en varias partes. Con la otra mano atendía la pipa.Entre unos vagones apareció un joven delgado; se detuvo un instante, miró hacia el mar y avanzó después, caminando por la orilla del muelle con las manos en los bolsillos, distraído o pensando.
Cuando pasó frente al barco, el marinero le gritó en inglés:
-I say; look here! (¡Oiga, mire!)
El joven levantó la cabeza y, sin detenerse, contestó en el mismo idioma:
-Hallow! What? (¡Hola! ¡Qué?)
-Are you hungry? (¿Tiene hambre?)
Hubo un breve silencio, durante el cual el joven pareció reflexionar y hasta dio un paso más corto que los demás, como para detenerse; pero al fin dijo, mientras dirigía al marinero una sonrisa triste:
-No, I am not hungry! Thank you, sailor. (No, no tengo hombre. Muchas gracias, marinero.)
-Very well. (Muy bien.)
Sacose la pipa de la boca el marinero, escupió y colocándosela de nuevo entre los labios, miró hacia otro lado. El joven, avergonzado de que su aspecto despertara sentimientos de caridad, pareció apresurar el paso, como temiendo arrepentirse de su negativa.
Un instante después un magnífico vagabundo, vestido inverosímilmente de harapos, grandes zapatos rotos, larga barba rubia y ojos azules, pasó ante el marinero, y éste, sin llamarlo previamente, le gritó:
-Are you hungry?
No había terminado aún su pregunta cuando el atorrante, mirando con ojos brillantes el paquete que el marinero tenía en las manos, contestó apresuradamente:
-Yes, sir, I am very hungry! (Sí, señor, tengo harta hambre.)
Sonrió el marinero. El paquete voló en el aire y fue a caer entre las manos ávidas del hambriento.   Ni siquiera dio las gracias y abriendo el envoltorio calentito aún, sentose en el suelo, restregándose las manos alegremente al contemplar su contenido. Un atorrante de puerto puede no saber inglés, pero nunca se perdonaría no saber el suficiente como para pedir de comer a uno que hable ese idioma.
El joven que pasara momentos antes, parado a corta distancia de allí, presenció la escena.


Para continuar leyendo el cuento presiona El vaso de Leche

sábado, 1 de agosto de 2015

Fundación Manuel Rojas

Manuel Rojas es un gran escritor chileno y debido a esto, sus familiares y un grupo de personas cercanas y conocedoras de su vida y obra, crearon esta fundación con su nombre, la cual posee toda información que deseen sobre él, ya sea biografía, libros, imágenes, entrevistas, etc. 
Por lo mismo, para conocer esta Fundación presiona aquí.

Manuel Rojas

Crítica a Manuel Rojas en las Últimas Noticias

Acá les dejamos un link en el que hay una crítica hacia Manuel Rojas, la cual apareció en el diario  "Las Últimas Noticias" en 1944 por Antonio Acevedo Hernández. 

http://www.sicpoesiachilena.cl/docs/critica_detalle.php?critica_id=1086

Entrevista a Manuel Rojas

En este link se puede observar una entrevista que se le realizo al escritor chileno Manuel Rojas.

http://www.letras.s5.com/manuel200202.htm

Ojala les guste!

Manuel Rojas: Un gran escritor

Manuel Rojas Sepúlveda nació el 8 de enero de 1896 en Buenos Aires, Argentina y falleció el 11 de marzo de 1973 en Santiago, Chile. Fue un escritor chileno, autor de varios libros los cuales abarcan ensayos, poemarios, novelas y cuentos. En 1936 asume como director de la imprenta de de la Universidad de Chile. En 1957 ganó el Premio Nobel de Literatura.En 1966 viajó a Cuba, inicialmente como delegado chileno, junto a Salvador Allende, a la Conferencia Tricontinental, y luego participó como miembro del jurado del concurso de literatura de Casa de Américas. En 1969 empezó a escribir su última novela "La oscura vida radiante", la cual se publicó en Argentina en 1971 y recién 11 años después, en 1982 se publicó en Chile. Esto se debe a que su contenido era prohibido en ese tiempo en Chile, debido al gobierno de Pinochet. Manuel Rojas murió a los 77 años. A su funeral asistieron numerosas personalidades de Chile, entre ellas, Salvador Allende. 



COMO ESCRITOR...
Escribe a partir de vivencias personales, lo cual le permite adentrarse en la psicología de los personajes con proverbial talento. Muestra, describe y presenta los hechos. Posee uno de los pocos estilos atractivos que existen en Chile: claro, sencillo, interesante, motivador, que capta, y arrastra, que obliga a leerlo. 
Algunas de sus obras son "Hijo de ladrón" (1951), "El vaso de leche y sus mejores cuentos" (1959), "Punta de rieles" (1960), entre otros. 


¡Si quieres más información, haz click aquí!