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sábado, 6 de septiembre de 2014

Los 100 Años de Nicanor

Para celebrar el aniversario número 100 del natalicio de Nicanor Parra, este blog ha decidido compartir con ustedes mis poesías favoritas de este tan célebre escritor:

El Primero, uno de los poemas que recuerdo de mi infancia, El Hombre Imaginario, que lo recité para un concurso en la escuela y desde siempre me ha gustado su significado c:

El Hombre Imaginario:
El hombre imaginario
vive en una mansión imaginaria 
rodeada de árboles imaginarios 
a la orilla de un río imaginario

De los muros que son imaginarios 
penden antiguos cuadros imaginarios 
irreparables grietas imaginarias 
que representan hechos imaginarios 
ocurridos en mundos imaginarios 
en lugares y tiempos imaginarios

Todas las tardes imaginarias 
sube las escaleras imaginarias 
y se asoma al balcón imaginario 
a mirar el paisaje imaginario 
que consiste en un valle imaginario 
circundado de cerros imaginarios

Sombras imaginarias
vienen por el camino imaginario
entonando canciones imaginarias 
a la muerte del sol imaginario

Y en las noches de luna imaginaria 
sueña con la mujer imaginaria 
que le brindó su amor imaginario 
vuelve a sentir ese mismo dolor 
ese mismo placer imaginario 
y vuelve a palpitar 
el corazón del hombre imaginario 

Y este el Segundo, el poema favorito de mi padre, que siempre que puede y tiene la oportunidad, se luce recitándolo con pasión y alegría: 

El Chuico y La Damajuana
El Chuico y la Damajuana
Después de muchos percances
Para acabar con los chismes
Deciden matrimoniarse.


Subieron a una carreta,

Tirada por bueyes verdes
Uno se llamaba ¡Chicha!
Y el compañero ¡Aguardiente!

Como era pleno invierno
Y había llovido tanto
Tuvieron que atravesar
Un río de vino blanco.

Tan bien se sentía el Chuico
Juntito a su Damajuana
Que el sauce llorón reía
Y el cactus acariciaba.

En la puerta de la iglesia
Hallaron al señor cura
Que estaba rezando un credo
Con un rosario de uvas.

Como no invitaron más
Que gente de la familia
El padrino fue un barril
Y la madrina una pipa.

Cuando volvieron del pueblo
Salieron a recibirlos

Un odre de vino blanco
Y un fudre de vino tinto.

Todo estaba preparado
Y para empezar la gresca
Un vaso salió a bailar
Un vals con una botella.

La fiesta fue tan movida
Y tuvo tal duración
Que según cuenta un embudo
Duró hasta que se acabó.



Nos vemos.

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